MIGUEL ÁLVAREZ | MARIBEL CEREZUELA |
I En esta fría tarde donde fuerte brilla sol, siento helarse mis entrañas, escarcharse mi razón. Escarchada tengo el alma, congelado el corazón. II En esta árida tarde donde el miedo me congeló, Exaltado me alcé, a tu sombra vigía, cuando iluminaste mi vida. Hendiste, con tu presencia los témpanos, que reinaban a la sombre de tu ida. III En esta tarde de presagios donde el oscuro se encaramaba, iluminó la luz de tus ojos, de este verano su sino. Abiertas las puertas del hado, pasado el miedo, tan solo nos queda, emprender el camino. | Emerge de mí tu sombra, tu lengua en mi piel, reptil azul sin pronunciar nombre. Tumbado me hiciste prisionero de rejas que no quiero ver. Arde tu silueta en cada esquina, recodo, atisbo, donde mi sangre, sin ti se convierte hielo. Contigo ardo, busco la huella de tu cuerpo en mi cuerpo Estrella de la noche, te has ido. Con mis manos te construyo el camino de vuelta. Te espero |