Prisionera en un vaso había una rosa,
Brindaba su perfume, su belleza,
La gracia de sus formas, ¡tantas cosas!
Que al instante medité con tristeza:
Si brindas tantas cosas, así herida,
Tan lejos del jardín que te dió vida,
Tronchada de tu planta, lejos del rosedal
Del pájaro que canta, debes ser sin igual
Unida a tu rosal
Y el sol en el ocaso me decía
Que la rosa encarnada moriría
Encerrada en su cárcel de cristal...
Y allí murió después, y en agonía
Me siguió perfumando...
Sus pétalos se fueron desgranando,
Hasta que al fin se fue, dejando
SU GRAN LECCIÓN DE FÉ
Antonio Vidal mandados por Paola
Lección de Fe