MORDER AL SOL Es como morder al sol tocar la palma de tu mano con la lengua. Tras posarse, ingrávidos, los labios en las cimas de tus dedos descienden como una cascada de flamencos deslizándose, falange por falange, hasta caer en la palma de tu mano. Es como morder al sol. Así es besarte. (13/9/2000) TORMENTA Se distancian las nubes. Lejanas, rasgan su velo blanco en el llanto de horas infelices, infalibles, en una sátira de tules inflamados, insondables, incansables, tan grises como muertos, delirantes y pasivos. Inalcanzables. Se deslizan las nubes, quietas, allá en el fondo. Los dos pájaros se vuelan las alas para explotar en el llanto. Miradas de semilla negra contra el fondo gris de un árbol solo. La primavera está más muerta que nunca. ¡Qué hermosa vuela en su podredumbre infinita! Y llega estéril a acariciar la mano de la escriba. Los ojos inflamados no miran más de cerca; no pueden; rojos, sin llanto. Los ojos rojos de una primavera en celo que vive arrancando los despojos de la vida ya pasada. Siempre igual. Siempre lejos. Cabalga el espectro de una nube sangrante, como único superviviente de la mañana gloriosa, derrochando gota a gota su plenitud efímera, flotando por momentos. (Como único superviviente de una mañana gloriosa) Vuelven a respirar las torres y los álamos. Ya cesó la tormenta y seguimos escribiendo. (8/5/2000) NO IMPORTA EL TIEMPOHoy vuelan las olas frente a un loco perdido en la playa. Hoy se cierran las horas y estrellan su espuma de segundos luminosos en mi frente. Hoy no importa el tiempo. Hoy, naufragan las calles vacías hacia el abismo de unos ojos implacables, llenos de soledad entre niebla. Hoy, naufragan abismos en niebla. Hoy se quebró el momento de escuchar el miedo de las rocas. Hoy, vuelan las olas, se cierran las horas, no importa el tiempo. (23/8/2002) |