EL OLIVO DE MIS SUEÑOS Primer Premio de Poesía del Concurso Nacional de Poesía de la Feria del Olivo de Montoro (Córdoba) A mi hijo Álvaro de quien espero toda su poesía La mañana llegó y las estrellas del sol celosas miraban, cuando se desvanecían, los sueños que habían sido de ellas. Las manos frías surcaban por el laberinto de las hojas que a pesar de tus años aún oyen suspiros. El latido de la tierra buscaba tu jugo, el alba desgarraba tus verdes hojas al sonido de la vieja campana que en lontananza se oía. Eres el manto verde del orgulloso monte que guarda los recuerdos de un ayer que es hoy y será siempre. Recuerdo cuando niño ver pañuelos blancos de aves en tus ramas, cuando comenzabas a ser el amigo de mis fantasías lejanas. Tu sombra me hacia ver el espejismo de tantos sueños cuando cantaba a tu rostro verde cargado de jugo. He muerto a tus pies junto a la paz que de ti sale. Eres el árbol de la miel y el pan del mañana. Veo el hielo del silencio pasar por mi mente y veo a la mujer de mis sueños como tus ramas que abrazo. Apoyo mi cabeza en la lama que surge de tus raíces y mis manos recorren tu cintura. Me proteges del duro sol del estío. Olivo milenario del milenario jardín. Olivo de mis abluciones. Tu fronda abriga mi cuerpo. Vendrán los tiempos de cosecha y mis sueños regresaran del secuestro de tu archivo que permanece perdido en el crepúsculo de la mañana. El olor de tu aroma calmara mi sed. Ahora pienso… ¿cuando fue la primera vez que te vi...? ¿cuando creí en tu inmortalidad? ¿cuando comencé a compartir mis sueños contigo.? Mis diálogos y reuniones… escribíamos juntos bajo tu sombra… te curé las heridas que el viento.... y el agua.... hicieron.... Aprendí a hacer poemas a tu lado, a caminar por ellos como aves por tus ramas a compartirte con mis mariposas. Cada mañana oigo tu infinito silencio amo mi paciencia de esperarte siempre. Ahora soy el viejo niño que te encontró cuando quise ser poeta… ¡en la noche y en la mañana! y mis manos te volvieron a tocar, un viejo secreto recorre de nuevo mi sangre, ¡es como si amara al hombre! El que planto tus semillas en la tierra seca, y tu vida profunda salió de su encierro hacia el sol dónde sonríe al ver tu fertilidad que tiembla de pasión con el influjo de espirituales lluvias brotando tus hijos y los pájaros al acariciarlos. Celeste salvaje rayo cuando en la agreste, topografía de las tierras del sur, en la mañana que el cielo derramaba sus lagrimas por sus grandes ojos; bebieron tus hijos que ardían en dura sequía. Contigo jugaban animales cuando tu mundo en flor decía que se había cumplido el nuevo ciclo. ¡Árbol del mundo.! ¡Sostén del cielo que aguanta la tierra! Árbol de Minerva; sabiduría de la diosa que el campesino comparte. ¡Árbol de manjares.! ¡Árbol social de ceremonias y ofrendas!. Hoy, en mi fabrica de sueños, cuando he vencido a los molinos veo que mi alma no envejece. ¡Es un sueño azul con aroma de deseo, lleno de vida asomado al futuro! ¡es el amanecer de pasiones! ¡es como el frágil espejo que florece ante el rostro del pueblo entre temores y miedos!. También el verde olivo pasea tus campos y cuida de ti. Pero que nadie cierre las sendas que dio a los hombres su ilusión como cada poema a su poeta. |
autor: Poeta - ALVARO MORALES |