lunes, 26 de diciembre de 2005

Parodiando hacia la vejez. Maribel Cerezuela

Si llego a la jubilación,  si consigo disfrutar de ese tiempo llamado jubilación, sin tener que ir a trabajar, con plenas facultades mentales y físicas  para decidir sobre mi propia vida. Si llego al tiempo muerto en que no exista el reloj despertador..,  sólo el reloj biológico que marca la propia existencia. Si llego... digo, tengo planes.

         Grandes planes que a veces siento que nunca se cumplirán porque puedo morir como tantos otros de un ataque al corazón.., porque puedo morir de accidente de circulación,  porque puedo morir y muero cada día un poco más. Porque muriendo soy un poco niña cada día, porque aún no he crecido del todo.

        Si llego a la jubilación sin edad y sin tiempo, si llego podré disfrutar de la visión que me pertenezca para captar una fotografía y podré pintar de lejos el color verde intenso del mar. Podré caminar oliendo miles de aromas cada mañana al despertar.

         Si me jubilo, si no me muero, naceré otro día más, y podré realizar mi sueño y podré disfrutar de ese tiempo. Claro que, para entonces, puede que no tenga dinero suficiente ni ganas ni ánimos para vivir mi sueño;  ese que me empuja a ahorrar para ir de viaje este verano.., ese dinero que me cuesta un trozo de lienzo o un pincel nuevo de cerdas de jabalí…
Si me jubilo tal vez...

         Por eso, a veces, no quiero que llegue la jubilación. Por eso quiero seguir viviendo en la inconsciencia del ignorante, del inocente. Por eso no quiero pensar… ni ahorrar, ni tener miedo. Tal vez. Si me jubilo. ......

La tertulia de las cinco. Maribel Cerezuela



En el café de cinco a siete, tertulia a la que asistimos con asiduidad unos cuantos amigos, preguntaba Juan Reverte, si nos sería fácil nombrar a uno o dos profesores de los que tuviéramos un especial recuerdo.


Los recuerdos se confunden con la realidad y la mayor parte de las veces son inventados “, -sentenció Oscar García-, aunque puedo citar sin reparo a Don Carlos. No he tenido otro profesor que explicara mejor la matemáticas. Las clases las convertía en un juego, donde desarrollábamos, muchos ejemplos, fáciles de comprender… Así aprendí, para siempre, las fracciones de quebrados...

Noelia Díaz nos daba una envidia tremenda cuando nos hablaba de Fernando Rebollo, su profesor de Ciencias, al que admira aún, porque supo sacar de sí misma “las mejores palabras”, mientras explicaba la circulación de la sangre o cantaba, guitarra en mano, aquello de “un elefante se paseaba...”, para acabar con la lección de la evolución de la especie humana, como en el mejor de los cuentos de aventuras del escritor Emilio Salgari.

El pasado se mezcla con el presente en un tiempo difuso llegando a la conclusión de que van cambiando las formas de transmitir los mensajes, aunque éstos sigan teniendo las mismas premisas de siempre.

Sabemos que mantenemos en mente los recuerdos que nos incentivan y ayudan a ser más felices, pero nos empeñamos en fomentar actos culturales con eventos cada día más superficiales y exhibicionistas.

Largos discursos demasiado explicativos que nos alejan del propósito que nos habían propuesto en agenda; lecturas aburridas sin ningún empuje; presentaciones academicistas, por otro lado, demasiado formales... ¿Dónde están los buenos profesores- interlocutores? O lo que es lo mismo, ¿Cuándo vamos a comprender que la palabra escrita no se puede mediatizar con las directrices del discurso político?

La imagen, continúo, penetra en tus sentidos de forma global hasta el punto de poder olerla ¿Por qué no hacemos lo mismo con la promoción de nuestros autores? Pasaríamos de un monólogo exhibicionista, de uno que habla hacia un foro que estoicamente escucha, a una actividad lúdica de mayor participación creativa.

Maribel Cerezuela
Publicada en su original en la Voz de Almería. 26/12/2005

lunes, 17 de octubre de 2005

Una buena mesa, Maribel Cerezuela

 
Hacía casi una hora,
como había previsto la cocinera,
que terminó de prepararlos.

Pagarás por todo.
Los macarrones en espagueti,
la sal yodada,
un poco de pimienta en grano,
negra, muy negra.

A la hora justa
se sentarán a la mesa.
Nadie notará
las medusas de la cazuela.

La salvación llega a tiempo.
A la hora de la tranquilidad,
se lanzarán a comerlos,
sin valor al paladar.

Pagaran con las especies,
el agua buena,
su justo hervor

Una buena mesa. Maribel Cerezuela




17 Oct 2005 

una receta

Hacía casi una hora,
como había previsto la cocinera,
que terminó de prepararlos.

Pagarás por todo.
Los macarrones en espagueti,
la sal yodada,
un poco de pimienta en grano,
negra, muy negra.

A la hora justa
se sentarán a la mesa.
Nadie notará
las medusas de la cazuela.

La salvación llega a tiempo.
A la hora de la tranquilidad,
se lanzarán a comerlos,
sin valor al paladar.

Pagaran con las especies,
el agua buena,
su justo hervor


pd.- en honor a "Arguiñano", todo sea por la buena mesa.


Por El Prisionero en 29-08-2005 09:30, oskar garcía

Me has abierto el apetito, Maribel, ¿cuando degustaremos los ricos manjares que propones, al dente por supuesto, ante una puesta de sol pintada en un mural y con la música de la Radio Topolino Orquesta de fondo?


una buena mesa

Por Maribel Cerezuela en 29-08-2005 09:56.
Para degustar un buen manjar, cualquier sitio es válido, y este que propones con puesta de sol en un mural ¿pintado por ti? sería mejor aún, - lo postergamos a cuando terminemos esta esclavitud que nos tiene pelados los codos, callos en los dedos de escribir resúmenes que olvido a la mañana siguiente y sepamos que ya no tenemos nada que hacer hasta, por lo menos, el 2010. Al menos en mi caso. Tú tienes más posibilidades, así que, damos prioridad a lo vital y necesario y después... hablamos.
buenos días tengan todos después de estos días de nocturnidad, aunque sin feria.


pd.- estaba soñando hace menos de 10 minutos y nuestro amigo el cafetero mayor me ha echado de la cama.. Si cierro los ojos aún veo las montañas, que en el sueño, me ponían muchos impedimentos para subir.. y había mucha gente, caballeros de la edad media,... pero no recuerdo a ningún dragón. besos

miércoles, 31 de agosto de 2005

Búscala. Por Rysas

Ahora aquí sentada, de noche a la luz de las velas, con Frank Sinatra y sus Duets de fondo y al amparo de mi buen chocolate con almendras eso sí. ¡Ummm qué bueno sabe! quiero decirte que estoy descubriéndome yo, y al mismo tiempo veo claro que ya todo tiene sentido. Hay que mirar hacia dentro sencillamente, pero excesivamente duro a la vez. Y estoy descubriendo la felicidad. Sí, la felicidad; no la mía, sino descubriendo qué es, dónde está y sobretodo como conseguirla.
Está dentro de nosotros, en el fondo, muy profundo, sólo tenemos que llegar a ella. Y podemos, debemos. La Queremos, esa es nuestra verdadera búsqueda. Se consigue a través del deseo. Ese es mi descubrimiento y lo quiero compartir contigo, porque sé que al igual que yo, tú también sientes la necesidad de ser feliz, en tu trabajo, en tu casa, con tu familia.........
El deseo es la tapadera de las emociones y sólo debes abrirla y dejarlas fluir, sentir lo que eres, lo que te rodea, envolverte con la brisa, absorto en tus pensamientos, como una meditación profunda de lo que eres y de lo que quieres ser. Tienes primero que sentir el deseo; y es a través de la provocación.

Fíjate: hombres y mujeres queremos cosas distintas, porque distintos somos. Moda, recetas, coches, documentales, películas de acción o sentimentales, fútbol, dinero, trabajo, hijos, anécdotas pasadas, chistes, reuniones de amigos o familia.... Aunque no todos estamos en el mismo saco, siempre hay modelos a seguir, y todos al mismo tiempo somos modelos en una u otra forma.
La provocación, es el juego de hacer sentir excitación y ésta nos lleva al deseo, éste a la acción y la acción a la consecución, entonces si consigues provocar en ti esa excitación de querer ser feliz, eso te llevará al deseo de serlo y eso a moverte en ese sentido, hasta llegar a conseguirlo.
Hay muchas cosas en tu día a día que provoca tu excitación, y despierta tus deseos: una casa más grande, un coche mejor, un cosmético cuyo nombre sea más largo y lleve más ingredientes, una maquinilla de afeitar que apure más y mejor y que tenga un gel especial que te suaviza la cara........
Ese deseo hace que te muevas en la dirección de convertirlo en realidad y eso es el motor que te impulsa a conseguir lo que quieres. En todos los sentidos ocurre, pero estás acostumbrado a querer olvidar lo malo y sólo recordar lo bueno. Pues no. Hay que ir a lo malo...a sentirlo fugazmente y recordarlo aunque duela y devolverlo y sacarlo de nosotros.
En todos nosotros existen capítulos muy variados de tormento, sea en la forma que sea, y el no haber sabido en su día perdonarlo o asumirlo, según qué casos, se ha atascado dentro de nosotros, haciendo que no fluyamos en algún aspecto, por eso unos somos atrevidos, otros tímidos, otros graciosos, vivos, calzonazos, oportunistas, maltratadores, estrictos.....
Pues bien, sólo tienes que mirar hacia dentro. Nadie ha dicho que sea fácil, pero es posible. Requiere un gran esfuerzo, que es reconocerlo y despegarlo de ti.
Crear un ambiente especial, en el que te encuentres cómodo, con buena musica que te transmita, perfume, sándalo o cualquier otro aroma que te envuelva, la temperatura adecuada, y la compañía perfecta, que en ésta ocasión, suele ser la soledad.
Es mejor estar un poco deshinibido, pero es importante no pasar de ese punto. Y simplemente, piensa...en por qué no consigues la felicidad, por qué estas insatisfecho, que te falta...y no me estoy refiriendo en concreto a lo material, eso sólo cuenta en un 35%.
Mirar hacia dentro ti mismo. Qué te pasó con tus padres, hermanos, colegas, novios-as, profesores, accidentes, despedidas de trabajo, muertes cercanas, violación de tu persona en cualquiera de sus formas, física o psicológica o cualquier otra cosa o persona que te hizo sentir mal en aquel momento, y piensa en ello, recuerda como te sentías y piensa en por qué eso te hacía sentir así, no justifiques tus acciones, ni cargues culpa en los demás de tus errores, sé sincero contigo mismo, sería tonto auto engañarse, ¿No crees?. Se removerán tus tripas un poco, porque todo esto se asienta en el estómago, pero continua adelante, ése es el comienzo del camino de tu propio descubrimiento de la felicidad.
Tienes que recordar qué cosas te hacen sentir bien, si es la buena compañía, estar con un punto, la intimidad, estar en una posición de poder, envalentonado, protegido, querido, reconocido, el crujir de las hojas caídas en otoño, un bonito paisaje, el mar, una música, el olor de un bizcocho recién hecho, el tacto de algo, mirar como pasan las nubes, la vista de un cuadro, caminar descalzo por la arena o la hierba, contemplar la luna, pescar, correr, ir en moto, tomar el sol, estar desnudo entre las sábanas o en el agua.......
Algo que despierte tus sentidos, que te haga sentir bien, que te envuelva o adormezca, que te erice la piel o eleve tu espíritu, el instinto de algo que aún desconoces. Y ese es el camino. Es que vives sin disfrutar de lo que eres, de lo que está a tu alcance, sin sentir lo que te rodea, y sufres por lo que deseas y no consigues, en vez de desear lo que eres o tienes y descubrir el resto. Pues vamos allá, destapa tus deseos y deja fluir las emociones, siente como pasan los segundos, escucha el agua y el aire, siente la tierra bajo tus pies, disfruta de una llama, acariciate el pelo, deja que tus emociones se disparen, tócate la piel, siente la música, deja que todo se mezcle y te envuelva, flota, déjate llevar por las sensaciones, y sonríe o llora, si quieres, siéntete tú, estás ahí y puedes llegar a ser feliz si quieres. Sí, quieres, y puedes...
Vas sacando así lo que te atormenta y te vas limpiando de rencores, olvidos, incomprensiones, vergüenzas, situaciones incómodas, del daño causado, de no haber pedido perdón, no haber dado una explicación, no atreverte a recuperar una relación perdida, complejos, manías, etc... hay infinitos motivos que nos oprimen y hasta que no los dejemos salir, no ascenderemos en esta búsqueda, cuando los vomitas, pasas a otro estado, que es el de la satisfacción de haberte quitado un gran peso de encima, y así se comienza.., luego ya no puedes parar, ya trabajas sólo, cada día, poco a poco, empiezas a sentirte bien, a ver o sentir cosas a tu alrededor que siempre habían estado ahí y no llamaban tu atención, reencontrar un viejo amigo, felicitar en sus logros a los demás, reconocer tus errores, ceder y pedir que cedan, que tus hijos se porten mejor, o tu trabajo no te incomode, encontrar un aparcamiento, comprender a los demás, escucharles............................
A partir de que disfrutes de lo bueno que todo esto tiene, en el momento en que te encuentres agusto, porque pienses en lo bien que te sientes por lo que eres, en lo que has conseguido en la vida, que en unos casos, será dinero, posición, reconocimiento, cariño....lo que cada uno haya llegado a ser.

Cuando reconozcas que lo que eres o tienes es el producto de que has sido o hecho a lo largo de tu vida, empezarás a ser feliz, despierta tus emociones, déjate llevar, siente lo que te gusta plenamente, disfruta de lo que eres, de lo que tienes como persona.
La sociedad está llena de tribus urbanas diferentes, hippies, punkies, pijos...y todos tienen su sitio y sus razones y sus pensamientos y sus amores y odios, sus sentimientos. Debes aprender a despojarte de lo que no te deja ser feliz. Insatisfacciones, decepciones, melancolías...y hacer esa limpieza en ti mismo y así una vez conseguido, lo bueno te vendrá sólo, la dicha llega, no porque te llegue de fuera, sino porque está en tí, en tu interior y te empiezas a querer a ti y a los demás, porque descubres, que si ayudas al de al lado a ser más feliz, te sientes mejor y si te conformas con lo que eres, o decides luchar por conseguir lo que quieres ser, o si disfrutas de lo que tienes, llegas a sentirte bien, y ése y no otro, es el estado pleno de felicidad.
Estar en armonía con uno mismo.
Yo aún no lo he conseguido, pero estoy en el camino, y sé que es largo, pero prometedor. Siempre hay esperanza si crees en ello, o lo que es lo mismo, si quieres, puedes. No busques excusas, ni te justifiques, no lo empieces mañana ni el uno de enero ni el lunes, hazlo ahora, cualquier día, a cualquier hora y en cualquier lugar, deja la tele o el amigo, haz bocadillos para cenar, deja las compras para mañana y come hoy congelado, siempre hay un momento, hazlo en el WC, o en la cama, en la cola del metro, o cuando viajas, esperando en el médico, o asomado a la ventana....
Pensar es gratis y está en tí, no necesitas nada más, aunque es mejor si el ambiente acompaña, no es la única forma, sólo el comienzo..................................... y el final de lo dejo a ti. Quiérete, hazlo compártelo con todos los que sientas que no son felices....
¡ Buena búsqueda! ¡Buen encuentro!

01-09-2005 16:59